lunes, 20 de julio de 2009

El Blanco, el color incoloro


No es un color exactamente sino la conjunción de todos, lo que hace del blanco el más atractivo de todos los colores. En estado puro no admites tonalidades, siendo además el único que mantiene pura la esencia de cualquier otro color al combinarse. En diseño gráfico es considerado elegante y atemporal. En decoración contribuye a la iluminación de espacios, gracias a su naturaleza reflectante. En psicología alguien que se queda en blanco es que se queda privado de razón de forma temporal o permanente. En banca un cheque en blanco es una invitación a la fantasí, al igual que estar sin blanca sinónimo de pobreza. En la caza, acertar a la pieza es dar en el blanco...

No es casualidad que el blanco se asocie a conceptos de pureza, paz o inocencia. Una bandera blanca es símbolo úniversal de tregua. Una paloma blanca de paz. El concepto de bien es blanco en contraposición al del mal, que es negro. El blanco domina al negro, al amarillo o al (piel) roja. El blanco es concepto de limpieza y el negro de suciedad. Blanco vida, negro muerte. Pero no siempre ha sido así. El color blanco fue el luto más riguroso entre las reinas europeas medievales, que sobrevivió en España hasta finales del siglo XVI. En muchas culturas asiáticas el blanco es el color de la muerte por la asociación a la tonalidad de los huesos de los muertos.

No es broma, pero su uso puede ser una de las solucciones para el calentamiento global. El Nobel de física en 1997 y ministro de Energía de Estados Unidos Steven Chu, sostiene que si tejados, pavimentos y hasta las carreteras se pintasen de blanco, reflejarían en lugar de absorber la luz del sol, y contribuirían a combatir el calentamiento del planeta.

No quiero terminar sin embargo sin dejar de exigir la inmediata eliminación del blanco de las cajas de lapices de alpino. Futuras generaciones de pinos y abetos madereros nos lo agradecerán.