domingo, 24 de enero de 2010

La magnífica HERMANDAD DE LA UVA de Jon Fante



No es la primera novela suya que leo, pero si es sin duda la que más me ha gustado. John Fante, un desconocido escritor contemporáneo americano al que descubrí gracias a Bukowsky, me llamó la atención por su confesión de reconocer en él a unos de los máximos inspiradores de su genio. Y salvando las distancias narrativas, así parece. La novela narra en un tono crudo y directo la historia de un afamado escritor que vuelve a su tierra natal para enfrentarse a sus fantasmas del pasado en forma de padre déspota, putero y borracho, madre neurótica, ignorante y religiosa, y hermanos reprimidos, perdedores y absurdos. El tono de la novela es rápido y contundente, contrastando humor negro con ternura, humanidad con brutalidad, ternura con crueldad.
No es nuevo el tema que trata Fante en esta novela. Sus constantes vitales como la marginación, la inmigración, la religión o la condición humana se presentan en supuesto tono autobiográfico desde una perspectiva literaria muy personal que inevitablemente nos remite a las mejores historias de Flanely O'connor. Aunque no sin razón Fante ha sido tachado de inmaduro, desapasionado e incluso zafio, pero su influencia en escritores como Bukowsky o Palahniuk o directores como los Cohen o Ferrara, es inegable.
Y no voy a decir más. Aprovecha que la han reeditado en bolsillo por cinco euros, y ya me contarás.

martes, 5 de enero de 2010

ZOMBIELAND. Entre risas y sangre.


No la comenté cuando era un éxito en usa unas semanas antes de su estreno en nuestras tierras, pero nunca es tarde si la peli es buena. Y zombieland, con matizados "peros", lo es. Avalada por su éxito en Sitges, se trata de una loca roadmovie en un planeta tierra desvastado por una epidemia zombie en la que los cuatro protagonistas intentan sobrevivir a los zombies y a ellos mismos, mientras encuentran su Camelot particular. Rodado como una secuencia encadenada de gags, al igual que en la novela de Brooks (Guerra Mundial Z) el hilo conductor son las normas básicas para sobrevivir en un mundo infestado por hordas zombies. El no cumplirlas significa la muerte y reconversión, y esto nos lo presenta Fleischer con una crudeza cómica muy similar a las primera películas de Peter Jackson.

No es una película más de zombies, es de lo mejor que se ha hecho hasta ahora sobre el tema con un tratamiento cómico, respetando la grandísima Planeta Zombie con la que también pasamos momentos memorables. Tal vez lo mejor sean los personajes, el heroe, un antiheroe barbilampiño creador de las reglas de supervivencia, su acompañante, un Woody Harrelson completamente desaforado haciendo de si mismo, y un par de hermanas de las que no contaré nada para no crear un spoiler. Y por supuesto la breve aparición de Bill Murray que como siempre, pone su buen hacer al servicio de la industria del séptimo arte. Y un gran final, el cual a modo de homenaje de las grandes películas de serie B de los 70, pone broche final en menos de 90 minutos de película.

No creo que se trate solo de una película para los apasionados del género, pero sí te advierto que no es apta para todos los públicos. Inténtalo, pasarás un rato muy agradable. Y si no, por lo menos tendrás algo que contar en la oficina. Que la disfrutes.

viernes, 1 de enero de 2010

ALGO muy malo PASA EN HOLLYWOOD


No termino de entender porqué cada cierto tiempo la maquinaria de Hollywood nos sorprende con una película donde se parodia a si misma presentándonos las tripas de esa industria en manos de unos magnates (mangantes?) cuyo único interés es el lucro personal, como "el juego de hollywood" por poner algún ejemplo. Seguramente responda a esa obsesión suya de demostrarnos en un adalid de autocrítica que por algo la suya se llama "la tierra de la libertad". Y es que esta historia donde nos pretenden desvelar los supuestos tejemanejes en que se enredan actores, directores y productores para satisfacer los intereses particulares de cada uno, ni sorprenden, ni convencen, ni interesan en casi ningún momento.

No comprendo tampoco porque un director como Levinson que ya ha demostrado su buen hacer en títulos como Raiman o Good Morning Vietnam se aventura con esta historia, salvo que como suele pasar en esa industria que con tan poco entusiasmo critica, sea un encargo. Igual mención mercen los actores, Robert De Niro componiendo el personaje del productor a partir de sus habituales guiños que tan buenos resultados le han reportado en sus anteriores películas. Un Bruce Willis de cachondeo haciendo de si mismo. Un Sean Penn que pasa, y apensa pasa sin pena ni gloria. Y el resto de personajes que deambulan por la pantalla sin convicción ni entusiasmo.

Y si aun con todo esto te entran ganas de ir a verla, reprímelas, saca la entrada para Avatar que te va a dejar infinitamente más satisfecho. Y ya has visto Avatar, entra otra vez, que no te arrepentiras, en serio.