martes, 5 de enero de 2010

ZOMBIELAND. Entre risas y sangre.


No la comenté cuando era un éxito en usa unas semanas antes de su estreno en nuestras tierras, pero nunca es tarde si la peli es buena. Y zombieland, con matizados "peros", lo es. Avalada por su éxito en Sitges, se trata de una loca roadmovie en un planeta tierra desvastado por una epidemia zombie en la que los cuatro protagonistas intentan sobrevivir a los zombies y a ellos mismos, mientras encuentran su Camelot particular. Rodado como una secuencia encadenada de gags, al igual que en la novela de Brooks (Guerra Mundial Z) el hilo conductor son las normas básicas para sobrevivir en un mundo infestado por hordas zombies. El no cumplirlas significa la muerte y reconversión, y esto nos lo presenta Fleischer con una crudeza cómica muy similar a las primera películas de Peter Jackson.

No es una película más de zombies, es de lo mejor que se ha hecho hasta ahora sobre el tema con un tratamiento cómico, respetando la grandísima Planeta Zombie con la que también pasamos momentos memorables. Tal vez lo mejor sean los personajes, el heroe, un antiheroe barbilampiño creador de las reglas de supervivencia, su acompañante, un Woody Harrelson completamente desaforado haciendo de si mismo, y un par de hermanas de las que no contaré nada para no crear un spoiler. Y por supuesto la breve aparición de Bill Murray que como siempre, pone su buen hacer al servicio de la industria del séptimo arte. Y un gran final, el cual a modo de homenaje de las grandes películas de serie B de los 70, pone broche final en menos de 90 minutos de película.

No creo que se trate solo de una película para los apasionados del género, pero sí te advierto que no es apta para todos los públicos. Inténtalo, pasarás un rato muy agradable. Y si no, por lo menos tendrás algo que contar en la oficina. Que la disfrutes.