sábado, 14 de noviembre de 2009

LÁGRIMAS DE EROS en el Thyssen



No esperaba entrar a la exposición previendo una interminable cola ahora que el arte está de moda, pero no, vini et vidi. Lágrimas de Eros es la última exposición de moda en Madrid que toma su título de una obra de G. Bataille sobre la íntima relación entre Eros y Tánatos. Lejos de cultismos, la exposición reune obras de conocidos y desconocidos artistas para argumentar el discurso de de Bataille sobre erotismo y represión. Para ello, muestra distintos representaciones pictórica de mitos grecorromanos a lo largo de la historia, donde la religión como elemento represor tiene un papel protagonista.

No voy a disertar sobre si el la calidad de la exposición compensa el desembolso económico que supone su visita. Obras de Warhol, Courbet, Bernini, Rubens o Avedon justifican su pago, pero a pesar de la calidad pictórica de la muestra y de lo representado, que conjuga con cierto acierto el fetichismo, sadomasoquismo, voyerismo, vampirismo e incluso canibalismo entre otros, su visita sabe a poco. Y a mucho, mucha gente. El mágico momento al que nos tiene acostumbrados Bill Viola en la oscuridad de su videoproyección que pone punto y final a la exposición, parece Kinepolis el dia del estreno de la última de Bruce Willis.

No niego que el marketing aplicado al arte es efectivo. Uno de los titulares que más hemos podido ver reseñado sobre la exposición en los medios de comunicación es la brillante idea de vender preservativos en la tienda del museo, argumento con el que sin lugar a dudas han conseguido un lugar destacado en los noticieros de tirada nacional, pero nada tienen que ver con lo presentado en la muestra. O eso me parece a mi.

No creo que ir a la segunda parte de la exposición que con caracter gratuito complementa la Fundación Caja Madrid en su Casa de las Alhajas cambie mi opinión, a pesar de exhibir la famosa videoinstalación de del artista Sam Taylor-Woody retratando una hora de sueño de David Beckham. Pero con todo y con eso, no deja de ser una interesante opción para una gris tarde de sábado.